Querida soledad...

Querida Soledad:

Hacía tiempo que no te escribía una carta, tanto, que hasta se me hace extraño. Lo cierto es que siempre he pensado que hablar contigo era lo más triste que una persona podía hacer, sin esperar respuesta alguna, pues en la soledad no hay nada, tan sólo un mero silencio, apenas perceptible al oído humano.

Te escribo esta vez porque me siento sola, porque siento que mi mundo se consume lentamente, como una vela encendida hace siglos....pero que tan sólo aviva su llama cuando alguien necesita ayuda. Y no puedo vivir de esa forma, no puedo dar mucho y recibir nada; no puedo crecer y dejar de hacerlo al mismo tiempo; no puedo gritar y callar a la vez; no puedo amar y esperar que me amen así porque sí....todo tiene su complejidad, y lamentablemente, el amor es el que se lleva la peor parte.
Lo que si puedo hacer es amar y odiar a la vez; amar a una persona y odiarte por no querer aceptar que dicha persona jamás podrá sentir lo mismo por ti. Querer que alguien te mire y que se derrita ante ese deseo de cruzarse con tus ojos es imposible de guardar, y menos aún si sabes que es finjido.

A veces pienso que nací para estar sola, y creéme cuando te digo que este pensamiento ha llenado lo más profundo de mi ser durante todos los años de mi corta y joven vida, pues apenas he llegado a los 20. Aún así guardo la esperanza, mantengo esa esperanza de quién se enamora no una, sino mil veces esperando encontrar a la persona adecuada. Sin embargo cuesta mucho; es muy difícil. Difícil...pero no imposible.

Recuerdo cuando te escribí mi primera carta, allá por la niñez, mientras jugaba en la arena de un pequeño parque. Por entonces no sabía nada de la vida, tan sólo que era muy corta para no disfrutarla. Sólo conocía la amistad, y que ya me habían arrebatado la inocencia, cuando uno confía en un amigo. Comprendí que la gente era difícil. Difícil...pero no imposible.

Recuerdo cuando te escribí mi segunda carta, allá por la juventud, cuando apenas tenia 14 años. Ese chico de ojos azules y mirada que helaba la sangre y congelaba el corazón al instante. Ese chico que tanto me gustaba y con el que nunca hablé. Ese chico que me rompió el corazón al decirme públicamente lo horrible que era y sola que llegaría a estar en el mundo porque nadie me amaría nunca. Ese mismo chico que tuvo que ir al hospital porque le partí la nariz de un puñetazo. Ese mismo chico....

Recuerdo cuando te escribí mi tercera carta, allá al finalizar el instituto. Estaba nerviosa porque empezaba la universidad. Y me di cuenta de todos los tipos de personas que podían existir, y tan sólo congeniabas con una cuarta parte de ellas; el resto te mirarían con caras raras y desearían que nunca te hubieras cruzado en su camino. Ese primer año fue algo duro porque no llegué a congeniar del todo con mis compañeros. No encontraba la manera de unirme a ellos y formar un único círculo. Mirara donde mirarara siempre había 2 o más dispersos entre la multitud.

Recuerdo cuando me plantée escribirte esta carta, allá a la hora del mediodía, cuando comprendí que todo eso que me ha pasado me ha hecho madurar y aprender. Así era el mundo y así lo es, lo importante no es con quién estés, sino lo especial que te sientas cerca de las personas que te rodean. Y para quien piense que estar en la soledad es malo, diré que siempre que haya alguien en la soledad, no estarás solo, pues esa persona comparte contigo ese momento, y en lo más profundo del corazón, te comprende.

Quizás te parezca extraño esto, querida Soledad, pero no dejaré de escribirte. He aprendido, sí, y mucho, pero no por eso debo odiarte, no cuando me has enseñado tanto. De vez en cuando me refugiaré en ti, con la esperanza de que me ayudes, y una vez resueltos los problemas me marcharé, de la misma forma que llegué. Será entonces cuando ya no necesite que el silencio marque mi vida, porque seré yo quien marque el silencio. Y sonreiré cuando consiga lo que me prepongo, y lloraré cuando no lo consiga, pero nunca, nunca más dejaré que me pisoteen como si no valiera nada, pueso eso no hace a alguien ser más persona...saber afrontarlo, te hace ser mejor. Y ése s mi objetivo, ser mejor persona.

Gracias por escucharme, por entenderme, por protegerme...

Y si te sientes sola....mira a la luna...y conviértete en su sombra...así al menos tendrás a alguien.


[Perteneciente al conjunto de relatos y textos Secretos del alma]

Escrito por SaraLópez.
Att: SMB

Comentarios

Entradas populares de este blog

Púrpura

Acuarela

Efímero