Acuarela



¿Imaginas tener a alguien a quien poder abrazar? ¿Alguien que se alegre de verte? ¿Alguien a quien no le importe esperarte si con eso compartís el mismo aire?

Yo, a veces, me lo planteo. Sentada frente a la ventana, mirando al infinito, con tantas cosas para dar y tan poca gente dispuesta a recibir. El café acaba por enfriarse, así como mis ganas por seguir intentándolo. Y es que incluso, después de tantas decepciones, aún siento ese escalofrío que recorre el cuerpo cuando conoces a alguien.

Es cierto que no se vive mal estando soltero, que tienes tiempo para ti y para descubrirte. Pero seamos sinceros, a todos nos gusta sentir amor, sentirnos queridos. Saber que inspiramos ese sentimiento en alguien. Todos queremos enamorarnos locamente. Experimentar tantas cosas como nos sea posible. Vivir con emoción aquellos momentos compartidos. Congelar recuerdos para que perduren eternamente. Dejar nuestra huella en la tierra, y, por qué no, en alguien. O en muchos más. Nuestra felicidad no tiene límites, ni control, ni un botón de pausa. Morimos una vez pero vivimos todos los días.

Confío en que encontraré a esa persona que me quiera tal y como soy, con la que pueda crear esa conexión de entendernos sin palabras. Que sea mi refugio. Aquella con la que complicarme la vida.

[Micro-relatos y algo más]

Escrito por Sara López.
Att: SMB

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