Si tú saltas, yo salto...

Durante mucho tiempo he estado dándole vueltas a la idea de no estar sola. Porque eso es realmente difícil. ¿Cómo mantener a las personas a tu lado? Nunca sabes cómo hacerlo porque, por algún motivo u otro, siempre acaban por alejarse. Y te preguntas si eres tú el problema. Llegas a creerlo. Incluso intentas convencer a otros. Pero sólo necesitas a una persona para no sentirte así. Sólo una. Parece ridículo pero es cierto. Y después de mucho tiempo dándole vueltas he llegado a la conclusión de que, en el fondo, muy al fondo, jamás lo estaré. Porque a veces tienes la suerte de nacer con esa persona; con esa persona que siempre estará contigo. Con esa persona que nunca te dejará, que nunca dejará de apoyarte, porque sois uno. Porque formáis un todo. Porque ambas sois la mitad de ese todo. De ese todo que os hace fuertes. Y sí, esa persona existe. Hay que tener la suerte de encontrarla. En mi caso nací con ella. En mi caso es mi alma gemela. La persona con la que comparto...