Siempre...
Siempre
quise saber cómo era tu sonrisa, cómo restabas importancia a los problemas tan
sólo para ser feliz. Siempre quise saber cómo eran tus besos, cómo tus rosados
y carnosos labios hacían soñar a cualquier hombre. Siempre quise saber cómo
eran tus caricias, cómo tus suaves y delicadas manos se deslizaban despacio
sobre la piel. Siempre soñé con tus ojos: aquellos ojos azules, profundos,
enigmáticos, oceánicos. Siempre soñé con oír tu voz cada mañana: esa
maravillosa voz, esa voz de ángel, como si estuviera continuamente en un sueño.
Siempre soñé con hablarte, con decirte lo mucho que me atraías; lo mucho que me
conmovían tu fuerza, tu personalidad, tu carisma.
Siempre
soñé con estar a tu lado: levantarme todos los días sintiéndote junto a mí,
sumergidos en un amor duradero y auténtico. Siempre soñé con tocarte, con
besarte, con cuidarte. Siempre deseé ser valiente: acercarme a ti y confesarte
lo profunda y locamente enamorado que estaba. Es de esas veces que dejas algo
para otro momento pensando que llegará. Pero no podemos controlar el tiempo, no
podemos saber qué pasará, ni cuándo. Es por eso que ahora te escribo esto con
la esperanza de que jamás te sientas sola. Pues en lo más profundo de tu
corazón siempre sabrás que hubo un hombre dispuesto a todo por ti, por hacerte
feliz; por no dejar que cayeras en la oscuridad y otorgarte una vida llena de
luz. Espero que todo aquello que soñaste se cumpla. Siempre tendrás a alguien
protegiéndote desde el cielo.
Microrrelato publicado en el periódico 20minutos el 16 de abril de 2012 en la edición de Madrid.
Escrito por Sara López.
Att: SMB.
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