Un alma en pedazos...
Cuando me paro a contemplar el mundo me doy cuenta de lo diferente que es. Llevo toda mi vida pensando en hacer las cosas bien y me olvidé de disfrutar. Y ahora me veo en un pozo tan hondo que tengo la sensación de que jamás saldré de él.
Antes no le daba importancia a los chicos. Aunque alguno me gustara ni siquiera se me pasaba por la cabeza el acercarme y decírselo, pues sólo tenía hueco para los estudios y el deporte. Y siempre lo tuve en mente. Por eso nunca he tenido pareja y con los años las ocasiones se han ido desvaneciendo. Y me da rabia que ahora las cosas estén así de mal, porque no hay chicos, pero los estudios me van mal y el deporte no es como había imaginado; tengo que perder diez kilos y aún no sé cómo.
A veces siento envidia de los que no tienen nada. Cambiaría todos los bienes de mi vida sólo por un segundo de felicidad. Es injusto, todo el mundo tiene derecho a ser feliz. Sé que he hecho muchas cosas mal pero no creo que merezca esta sensación de vacío constante. Puede sonar egoísta pero, en serio, a nadie le deseo lo que me está pasando. El vacío es tan grande que he perdido las ganas de todo: he perdido las ganas de salir, de quedar, de conocer, incluso de vivir. Y eso es frustrante. Es realmente frustrante el estar ahogándose y no tener fuerzas para nadar.
Entiendo que nadie quiere estar con una persona que sólo ve el negro en la vida. Y te aseguro que yo antes no era así: veía todos los colores y aprendía de ellos. Pues la vida es un examen que no te enseñan, tienes que aprender solo. Por eso sé que hasta que no salga de este pozo en el que estoy metida, mi vida no volverá a ser la misma. Y será entonces cuando por fin sonría, cuando vuelva a ser feliz otra vez.
[Perteneciente al conjunto de relatos y textos Secretos del alma]
Escrito por SaraLópez.
Att: SMB
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