Tiempos que saben a dolor...




Era imposible verte. No podía saborear tu angustia, tocar tu dolor. No podía hacerte feliz, quitarte la amargura del alma. Intenté ayudarte, pero no pude. La lejanía hizo el resto. Oía tu voz en el suspiro de un beso.

Llamé a tu luna mil veces. Susurré al viento tu nombre. Moví mares por tu aliento. Pero fue absurdo. No estabas. Nunca estuviste. Eras el recuerdo de un amor marchito. De una pena grabada a fuego en el corazón.

[Perteneciente al conjunto de relatos y textos Secretos del alma]
Escrito por Sara López.
Att: SMB.

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