Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2012

Por si sigues ahí cuando me vaya

Imagen
Solía pensar que siempre había tiempo para hacer cada cosa; pero estaba equivocada. Desaprovechamos tantos momentos que cuando nos paramos y meditamos qué hemos hecho con nuestra vida, comprendemos que apenas hemos disfrutado, y tenemos que meter el turbo para que nuestro paso por el mundo sea lo más placentero, alucinante e inolvidable posible. Me encantan los momentos de meditación. Sirven para comprender tantas cosas; cosas que están ahí, revoloteando a nuestro alrededor intentando que notemos su presencia. Pero no siempre las vemos, o mejor dicho, no siempre las queremos ver. Esos momentos de meditación me vuelven algo pesimista. Pues he analizado tanto mi vida y he visto que podría haber aprovechado tanto, que me siento ridícula; ridícula de no haberlo percibido antes. La gente es egoísta; no se da cuenta de que cada momento es único. De que cada momento forma parte de nuestra vida. Nos guste o no, ahí está. Las personas tienden a refugiarse por miedo a que l...

Ni en sueños...que diga, en mis sueños.

Imagen
Cuando realmente amas a una persona lo demás no importa. Da igual si socialmente está "fuera de tu liga", o si no es lo que todos esperan, o si físicamente no es un 10. Importa lo que tú creas, lo que tú sientas. El amor no entiende de esas cosas, de chorradas. No se puede luchar contra eso. Ni siquiera si ya estás con alguien. No elegimos de quién nos enamoramos, es más, no podemos elegirlo. Cada uno es libre y la libertad implica correr riesgos. Escrito por SaraLópez. Att: SMB

Minutos que parecen horas, y horas que parecen días, y semanas, y meses, y años.

Imagen
Estuve durante un año buscándote. Me recorrí todas las paradas de bus de la ciudad intentando coincidir contigo. No te puedes imaginar lo que me esforcé por conocerte. Y cuando menos te lo esperas, el destino hace caso a tus súplicas: te encontré. Nunca olvidaré aquel día. Recuerdo que hacía frío, mucho frío. Tenía examen de cirugía y me había pasado la noche entera estudiando. Había dado por perdida mi búsqueda.  Pero allí estabas tú, en la parada, con tu abrigo marrón y tu gorrito blanco. Tan pura, tan frágil, tan bella. Te pregunté la hora sólo para tener una excusa para hablar contigo. Tenías una voz extraña alentada por el frío mañanero típico del invierno. Y aún así me pareció la voz más bonita y dulce que jamás hubiera oído. Espero que sigas con tu vida con la misma intensidad que siempre. Disfrutando de cada momento como si fuera el último. Eso es lo que he hecho yo y me siento realmente bien. He encontrado la paz conmigo mismo y espero que algún día mires al...